miércoles, 13 de marzo de 2013

Habemus Papam: el humo blanco del Vaticano


El esperado humo blanco se hizo presente hoy en ciudad de Vaticano. Miles de feligreses esperaban con ansias la fumarola blanca, que anunciaría que la madre iglesia católica tenía de nuevo cabeza. Acá en la distancia, a miles de kilómetros de Santa Sede, reconozco haber experimentado mucha emoción. Afortunadamente la globalización tecnológica me permitió, al igual que a millones de personas en el mundo, presenciar el acontecimiento en tiempo real, pese a la distancia física.

Espero que el Santo Padre, le traiga esperanza y fortaleza a la madre iglesia. Espero del sumo pontíficie, bondad, compasión y amor para la iglesia. Espero del sucesor de Pedro un digno representante de Jesús en la tierra, pues estoy convencido que si el nuevo Papa, profesa los principios cristianos, esos de incomparable nobleza, amor y caridad, el Santo Padre, le podrá dar a la feligresía, lo que tanto anhelamos.
“Habemus Papam”, larga vida al Papa y sensatez para vivirla.  


Foto: El Universal de México. 

lunes, 4 de marzo de 2013

Convirtámonos


Reflexión Cuaresmal 

Más allá de las hermosas manifestaciones  externas de fe y piedad popular que existen en nuestro país, nosotros, los cristianos católicos y sobre todo los cucuruchos que debemos ser luz y dar el ejemplo, la Cuaresma nos permite tener momentos intrínsecos con Dios. Para ello  nuestra Iglesia, que es madre, nos da herramientas para la reflexión.
El evangelio de ayer nos hace un llamado a la conversión y la paciencia.
Copio textualmente el evangelio tomado de San Lucas 13, 1-19
En aquel tiempo, algunos hombres fueron a ver a Jesús y le contaron que Pilato había mandado matar a unos galileos, mientras estaban ofreciendo sus sacrificios. Jesús les hizo este comentario: «¿Piensan ustedes que aquellos galileos, porque les sucedió esto, eran más pecadores que todos los demás galileos? Ciertamente que no; y si ustedes no se convierten, perecerán de manera semejante. Y aquellos dieciocho que murieron aplastados por la torre de Siloé, ¿piensan acaso que eran más culpables que todos los demás habitantes de Jerusalén? Ciertamente que no; y si ustedes no se arrepienten, perecerán de manera semejante».

Entonces les dijo esta parábola: «Un hombre tenía una higuera plantada en su viñedo; fue a buscar higos y no los encontró. Dijo entonces el viñador: “Mira, durante tres años seguidos he venido a buscar higos en esta higuera y no los he encontrado. Córtala. ¿Para qué ocupa la tierra inútilmente?” El viñador le contestó: “Señor, déjala todavía este año; voy a aflojar la tierra alrededor y a echarle abono, para ver si da fruto. Si no, el año que viene la cortaré”». 

¿Piensan ustedes que aquellos galileos porque les sucedió esto, eran más pecadores que todos los demás galileos? CIERTAMENTE QUE NO. La palabra del señor es sabía e increíblemente atemporal. Dichas palabras se aplican para aquellos y aquellas que parecen estar ansiosos por  repartir juicios y muerte.
El incitador a la violencia, el que busca la pena de muerte contra un tercero, el que buscar resolver la situación del país con muerte y sangre, ese ¿es menos pecador que el motorista que murió incendiado tras huir de un asalto frustrado? Ciertamente que no. Jesús dice “y si ustedes no se convierten, perecerán de manera semejante”.
No es una amenaza, pues el señor no necesita de amenazas, es una exhortación a la conversión, a procurar ser mejores. Por eso a las y los guatemaltecos ansiosos por repartir juicios y muerte, Jesús les dice: “conviértanse”, sean justos, sean más nobles de espíritu, sean mejores cristianos. Pues Jesús dio su vida por nosotros.


Jesús también nos invita a ser pacientes, con la parábola de la higuera, nos hace un llamado a no claudicar y a esperar.  Ya han transcurrido tres semanas de Cuaresma, lo cual no deja de entristecerme un poco, pues esta maravillosa época llega paulatinamente a su fin. Pero nuestra Iglesia, madre de los cristianos católicos, nos ha facilitado tres mensajes claros:
El primer domingo, con la lectura de las tentaciones, nos invita no caer en la tentación, ósea a tener templanza. El segundo domingo, nos pide escuchar a Jesús. “Este es mi hijo amado escúchenlo”. Y el tercer domingo nos invita a convertirnos y a ser pacientes.  Templanza, escuchar a Jesús, conversión y paciencia, son los mensajes que nos da la madre iglesia. Sin duda esos mensajes nos preparan de una mejor manera para vivir la Semana Santa para posteriormente celebrar del triunfo del señor.

Foto: Velación de Jesús Nazareno de Jocotenango, Dulce Rabí, 01-03-2013