martes, 9 de agosto de 2011

Las procesiones de pasión fuera de Cuaresma y Semana Santa ( lo bueno , lo malo y lo feo de la decisión Arzobispal)

Hace algunos días recibí la noticia de una polémica decisión del Arzobispo Metropolitano de Guatemala, en la cual hace un llamado a las Hermandades y Asociaciones de Pasión a no hacer con solemnidad velaciones y procesiones en tiempo ordinario y de adviento aduciendo que se debe vivir el tiempo litúrgico que se Celebra en toda la iglesia universal. Esta noticia ha caído como balde de agua fría en los cucuruchos que anhelan un poco de nuestras amadas tradiciones en épocas fuera de la cuaresma y que tiene su principal auge en noviembre. -


Dicha disposición arzobispal ha generado una serie de comentarios tanto a favor como en contra y ha causado desde el malestar hasta la celebración de algunos sectores de la iglesia católica. En lo personal lo que más me molesta de la decisión no es el hecho de si van haber o no procesiones en épocas , me molesta que esta causando separación entre hermanos que son incapaces de respetar la decisiones personales y que al no tener argumento basan su criterio en agresiones personales ó ataques a Mosneñor Vian. Ahora hay que analizar lo bueno , lo malo y lo feo de dicha decisión.


Lo Malo


Quedarnos sin la tan esperada “cuaresmita” y sin velaciones importantes que consistían en una tradición más que llena de fe color y espiritualidad que engalana nuesetras calles y avenidas durante el mes de noviembre siendo este mes en donde más actividades son celebradas por las Hermandades y Asociaciones de Pasión en Guatemala.


Dicho sea de paso estas actividades no son exclusivas de Guatemala en octubre en Perú tiene lugar una de las procesiones más concurridas del mundo como lo es la del Señor de los Milagros. Lo que da a pensar que en otras Diócesis no solo se practican procesiones de pasión fuera de la cuaresma sino además son reconocidas mundialmente.


Lo bueno


Y muchos pensaran que puede traer de bueno esta decisión Arzobispal, pero creo que todo tiene un proceso de aprendizaje. Este es un buen momento para que como cristianos católicos meditemos nuestro papel en la iglesia. En la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe se redacta el documento de Aparecida podemos leer.


El Santo Padre destacó la “rica y profunda religiosidad popular, en la cual aparece el alma de los

pueblos latinoamericanos”, y la presentó como “el precioso tesoro de la Iglesia católica en

América Latina”. Invitó a promoverla y a protegerla. Esta manera de expresar la fe está

presente de diversas formas en todos los sectores sociales, en una multitud que merece nuestro

respeto y cariño, porque su piedad “refleja una sed de Dios que solamente los pobres y sencillos

pueden conocer”. La “religión del pueblo latinoamericano es expresión de la fe católica. Es un

catolicismo popular”, profundamente inculturado, que contiene la dimensión más valiosa de la

cultura latinoamericana. ”





Además en el mismo documento nos recalca... “ Así procurarán un contacto más directo con la Biblia y una mayor participación en los sacramentos, llegarán a disfrutar de la celebración dominical de la Eucaristía, y vivirán mejor todavía el servicio del amor solidario. Por este camino se podrá aprovechar

todavía más el rico potencial de santidad y de justicia social que encierra la mística popular. ”


Por lo tanto el mismo documento aclara que estas manifestaciones de fe popular son un complemento a los sacramentos de la iglesia y a la participación activa en la misma.


Es decir por mucho que nos gusten las procesiones y todo el fervor religioso que representan no sustituyen la comunión, la confesión etc.


Lo feo


Ahora venimos a la parte triste de la historia , es que a pesar de tener ante nosotros una disposición Arzobispal (que bien nos puede parecer radical en unos casos o mesurada en otros) se han desbordado pasiones, insultos y peleas que nos alejan del verdadero sentido del cristiano católico.


Estos insultos han ido contra el Arzobispo y en algunos casos contra los que de una u otra manera hemos manifestado respeto por la decisión tomada. Estos insultos y ataques parecen más de un protestante que de un católico y realmente aunque tengamos sobradas razones para querer que nuestras procesiones extraordinarias se llevan a cabo como método de evangelización y unión entre hermanos. Muchos han tomado un camino equivocado y sobretodo verdaderamente llevado más por pasiones que por un verdadero sentido de amar a Cristo que esta sobretodo y como lo trasmitía el bello adornado de aquel lejano viernes santo En la palabra, En la Iglesia, En la Eucaristía y en el prójimo.


Por lo tanto es allí donde lo debemos de buscar primero y usar como complemento las manifestaciones populares de fe y en todo caso mostrar unidad como cucuruchos con cimientos en un compromiso de evangelizar y participar activamente no solo en las procesiones de pasión sino también en aquellas de suma importancia que litúrgicamente son importantes como el Corpus Christi y recordar que aunque nos sentimos conmovidos y reflejados en un Cristo muerte y sufriente es el Cristo vivo en el que se basa nuestra fe.


Con esto pretendo que nos hagamos un examen de auto conciencia para que dimensionemos la realidad de una tradición que en la que si bien hemos participado todos tenemos que saber que no es lo único que nos hace católicos y que una buena parte de buenos católicos no participan y hay que estar conscientes que si estas procesiones no se llevan a cabo eso no nos hace más o menos cucuruchos y es en estos momentos en los que debemos demostrar unión para que muchos católicos que queremos retener en las procesiones no se desencanten y terminen dejando las filas de nuestra iglesia.