Y bien se fue un segundo de cuaresma más. Concluyó pero no sin antes habernos dejado la dicha y la oportunidad de llevar en hombros a Jesús Nazareno de la Justicia, del templo del Calvario. Su monumental anda no nos dejo de impresionar e incluso asustar.
Fue un turno agónico el segundo que compartimos mis hermanos, pero fue una bendición cargar al lado de ustedes.
Nos seguiremos viendo en las filas, Dios mediante.
1 comentario:
vamos señores
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