jueves, 11 de marzo de 2010

Cuarta semana de cuaresma


En la época más sublime del año los días parecen correr a mayor prisa… Las agujas del reloj no dan tregua alguna y siguen su implacable caminar. Esta cuaresma ha sido sublime y he tenido la dicha de compartir con mis amigos los cucuruchos incansables, los mismos que aquel sábado santo a las siete de la mañana en la ciudad de las perpetuas rosas esperaron junto a mi, muertos de cansancio, que se abriera un restaurante para poder desayunar.

Ya entramos en la cuarta semana de cuaresma y eso no deja de preocuparme, la época más linda y esperada, al menos para mi, está llegando paulatinamente a su fin. He disfrutado hasta donde he podido. Cortejos, velaciones y conciertos de marchas fúnebres, han sido parte de las hermosas experiencias que he vivido al lado de buenos amigos.

Sé que muchas experiencias bellas están aún por venir, pero también sé que se acerca el final y en mi se entre mezclan sentimientos de nostalgia con emoción por lo que aún falta. Amo la cuaresma y semana santa. Todo lo referente a esta tradición me encanta.

No sé porque tengo la sensación que pude haber disfrutado más lo que ya he vivido, quizás porque el domingo me tuve que salir de la procesión para trabajar o tal vez porque aún no he bebido fresco de súchiles… (pecado). Aunque suene tonto, tengo tanto miedo de que esto termine que quisiera estancar la cuaresma en este momento y sellarla con este punto y final.

FOTO: Hermano Skiner

1 comentario:

Fernando dijo...

todos quisieramos,
pero vivamola intensamente, para cuando se acabe la esperemos con la misma intensidad